martes, 2 de septiembre de 2014

FROYLAN RUÍZ EL REY DEL KITSCH

Puebla, Pue. a 22 de abril de 2010

FROYLAN RUÍZ EL REY DEL KITSCH

Froylán Ruíz nació en Tlalpan en la ciudad de México en 1944.  Desde niño tuvo especial interés en coleccionar artículos muy diversos que le atraían por su colorido y exuberancia. Fue un adolecente muy extrovertido y pronto tomó su camino, primero se hizo de dinero para pagarse sus estudios como pintor trabajando en el norte del país en una fábrica donde enlataba pescado, después ingresó a la Academia de San Carlos para hacer sus estudios como artista pintor, donde a decir de sus propios compañeros era una estrellita, el consentidos de sus maestros… y a escasos unos días para graduarse se dijo: -“No quiero un papel yo lo que quiero es ser pintor, que me gradué la vida”.  

Así es hoy por hoy un pintor de gran oficio y talento. Hablar de la obra de este artista es hacer mención de la constancia, disciplina y entrega total al trabajo artístico, lo que lo ha colocado como un destacado maestro de la plástica nacional que domina la técnica y el oficio como pocos, y que igual, como pocos constantemente se está reinventado en su afán de seguir redescubriéndose en y para el arte. 
A pesar de ser miembro distinguido del salón de la Plástica Mexicana y del museo Andrés Blaisten, el maestro Froylán Ruíz es un ser humano sencillo y apasionado de la geografía nacional y ello es evidente en su obra artística plagada de ese paisaje, sin embargo por lo que Froylán Ruíz será recordado es por ser el rey del Kitsch del arte mexicano.  

La obra de Froylán Ruíz es -Kitsch- pero no en el concepto peyorativo de la palabra sino todo lo contrario, su pintura es de alta escuela a pesar de que sus temas dibujan la cultura popular y su rostro más arrabal, su obra está plagada de ese caos, misterio y belleza, a la vez con ese aire citadino y provinciano que aún guarda la ciudad de México.  

Quizás el –Kitsch Floylanesco- sea aquel que se asocia con el verbo “kitschen” que al sudoeste de Alemania significa “recoger basura de la calle y también hacer muebles nuevos a partir de los viejos”. Esto es justamente lo que hace el maestro Froylan, andar por la vida recogiendo objetos, imágenes, rostros, paisajes y conjuntarlos para devolvérnoslos nuevos en su obra. Una obra que resulta fresca, grata a la vista, haciendo agradable lo que difícilmente tendría cabida en esta categoría y entregándonos un nuevo catálogo de imágenes que de lo contrario habrían pasado desapercibidas, coronándose como el rey en este quehacer -Froylan Ruíz- rompe plaza como en otrora se ganaba los halagos de sus compañeros y maestros.    

La obra de  Floylan Ruíz ha sido deliberadamente clasificada como neo-mexicanista (que lo fue en su tiempo y forma) pero encasillarlo ahí sólo denota el poco interés y  profundidad con que la crítica ha tratado su obra hasta el momento. Insisto en que la continua vigencia de su trabajo, lo ha llevado a protagonizar peldaños dentro de varias generaciones como la de la ruptura, el arte abstracto, la vanguardia, el neo-mexicanismo, el minimalismo y lo contemporáneo dentro del arte mexicano.


Sin embargo la constante en la obra de Froylan Ruíz es su pasión por lo -Kitsch- abriendo una nueva ventana dentro del arte mexicano para que cada quien desde su muy peculiar mirada reinterprete -la interpretación que él ha construido con su obra- a partir de  los íconos religiosos, poéticos, cívicos, históricos,  plásticos y culturales de esta nación y así  cada cual pueda adentrarse en el mundo de Froylan y ser parte de su amparo celeste cuasi Guadalupano de los símbolos disímbolos más inesperados.

Emmanuel Espíntla y Froylan Ruíz

Mi corazón. Técnica mixta. Froylan Ruíz 2010.


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