Puebla, Pue. a 22 de abril de 2010
FROYLAN RUÍZ EL REY DEL KITSCH
Froylán Ruíz nació en Tlalpan en la ciudad de México en 1944. Desde niño tuvo especial interés en
coleccionar artículos muy diversos que le atraían por su colorido y exuberancia.
Fue un adolecente muy extrovertido y pronto tomó su camino, primero se hizo de
dinero para pagarse sus estudios como pintor trabajando en el norte del país en
una fábrica donde enlataba pescado, después ingresó a la Academia de San Carlos
para hacer sus estudios como artista pintor, donde a decir de sus propios compañeros
era una estrellita, el consentidos de sus maestros… y a escasos unos días para
graduarse se dijo: -“No quiero un papel yo lo que quiero es ser pintor, que me gradué la
vida”.
Así es hoy por hoy un pintor de gran
oficio y talento. Hablar de la obra de este artista es hacer mención de
la constancia, disciplina y entrega total al trabajo artístico, lo que lo ha
colocado como un destacado maestro de la plástica nacional que domina la técnica y
el oficio como pocos, y que igual, como pocos constantemente se está
reinventado en su afán de seguir redescubriéndose en y para el arte.
A pesar de ser miembro distinguido del salón de la Plástica Mexicana y del
museo Andrés Blaisten, el maestro Froylán Ruíz es un ser humano sencillo y
apasionado de la geografía nacional y ello es evidente en su obra artística
plagada de ese paisaje, sin embargo por lo que Froylán Ruíz será recordado es
por ser el rey del Kitsch del arte mexicano.
La obra de Froylán Ruíz es -Kitsch- pero no en el concepto peyorativo de la
palabra sino todo lo contrario, su pintura es de alta escuela a pesar de que
sus temas dibujan la cultura popular y su rostro más arrabal, su obra está
plagada de ese caos, misterio y belleza, a la vez con ese aire citadino y provinciano que aún
guarda la ciudad de México.
Quizás el –Kitsch Floylanesco- sea aquel que se asocia con el verbo “kitschen” que al sudoeste de
Alemania significa “recoger basura de la
calle y también hacer muebles nuevos a partir de los viejos”. Esto
es justamente lo que hace el maestro Froylan, andar por la vida recogiendo
objetos, imágenes, rostros, paisajes y conjuntarlos para devolvérnoslos nuevos
en su obra. Una obra que resulta fresca, grata a la vista, haciendo agradable
lo que difícilmente tendría cabida en esta categoría y entregándonos un nuevo catálogo
de imágenes que de lo contrario habrían pasado desapercibidas, coronándose como
el rey en este quehacer -Froylan Ruíz- rompe plaza como en otrora se ganaba los
halagos de sus compañeros y maestros.
La obra de Floylan Ruíz ha sido deliberadamente
clasificada como neo-mexicanista (que lo fue en su tiempo y forma) pero encasillarlo ahí sólo denota el poco interés y profundidad con
que la crítica ha tratado su obra hasta el momento. Insisto en que la continua vigencia de su
trabajo, lo ha llevado a protagonizar peldaños dentro de varias generaciones como la de la
ruptura, el arte abstracto, la vanguardia, el neo-mexicanismo, el minimalismo y
lo contemporáneo dentro del arte mexicano.
Sin embargo la constante en la obra de Froylan Ruíz es su pasión por lo -Kitsch-
abriendo una nueva ventana dentro del arte mexicano para que cada quien desde
su muy peculiar mirada reinterprete -la interpretación que él ha
construido con su obra- a partir de los íconos religiosos, poéticos,
cívicos, históricos, plásticos y culturales de esta nación y así cada cual pueda adentrarse en el mundo de
Froylan y ser parte de su amparo celeste cuasi Guadalupano de los símbolos disímbolos
más inesperados.
Emmanuel Espíntla y Froylan Ruíz |
Mi corazón. Técnica mixta. Froylan Ruíz 2010. |
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